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ARTres. El museo como deba ser
Vitoria - Gasteiz

ARTres. El museo como deba ser

Colección ARTIUM

Imagen: Cabello/Carceller, Casting: James Dean (Rebelde sin causa), 2004 vídeo

«Hemos forzado las tendencias como autocrítica, para mostrar –con una mayor presencia de artistas mujeres que de hombres- un espacio conquistado y así proponer  el museo como deba ser»

Frente a la muestra El Arte, concebimos ARTres. Comprobamos que esa mirada que hicimos en 2017, aún expuesta, correspondía a un modo de hacer, de coleccionar y de mostrar perteneciente al siglo pasado, y que debíamos preguntarnos qué es lo ocurrido desde entonces hasta ahora.

No ha pasado tanto tiempo pero hoy en día nos encontramos en el centro de una brecha, un debate que debe afectar y transformar esa visión. Desde luego, no sólo de las muestras y exposiciones que han de ser muchas veces cuestionadas, sino de la propia institución museo. Hemos de abrir las ventanas y dejar que entre la luz, hemos de construir puentes de doble dirección entre la institución y los públicos, hemos de pensar los otros patrimonios que las novísimas tecnologías han diseñado y crear nuevos protocolos de conservación que las infinitas posibilidades de reproducibilidad contemplen y no dedicarse a aplicar obsoletas normas. En fin, hay mucho trabajo por hacer.

Así, que en medio de estas reflexiones vimos la oportunidad de aplicar a una nueva muestra algunas de ellas. Condición previa: la exposición debía estar integrada en buena medida por obras de reciente adquisición; obras que demostrasen que el Museo, incluso en el vacío lustro de la crisis, ha mantenido su atención puesta en los movimientos del arte actual, especialmente en el contexto vasco.

Y así, asumida nuestra naturaleza, nuestra marca de vivir y asumir cada día los desafíos del presente para configurar el futuro, extrajimos una primera conclusión, tan obvia como difícil de percibir: pase lo que pase, haya ocurrido lo que haya ocurrido, el artista, hombre o mujer, no puede apartarse de tres líneas de discurso: los adentros o introspecciones, los afueras o inspecciones y los artefactos o el arte mismo. Las tres mezcladas o por separado, preponderante una sobre las otras o a partes iguales, en ellas se contempla todo, la mismidad y el ser, el mundo, el paisaje, las políticas, el conflicto, las fuentes de la creatividad, el gusto, la estética o la crítica. Nadie puede escapar a ello y este es un buen método para conocer y pensar sobre la obra de arte.

La segunda conclusión es tan evidente como vivir cada día. Habitamos tiempos convulsos en los que nos enfrentamos a la necesidad de ir conquistando primero y normalizando después, los espacios sociales que siempre se ha negado a la mujer; y el arte es uno de los más clamorosos a causa de los lamentables prejuicios cualitativos que se han ido instalando, gracias a reflexiones venenosas que consideraban a la mujer atada a ideas determinadas del arte contemporáneo. Todo ello, además de otras cuestiones, ha impedido la igualdad cuantitativa en la cultura y el arte.

En ARTres nos hemos propuesto mostrar cómo tanto hombres como mujeres utilizan los mismos caminos para expresar sus intereses. Los adentros, los afueras y los artefactos físicos y mentales conviven en las dos exposiciones de la Colección. Pero en ARTres hemos forzado las tendencias como autocrítica, para mostrar –con una mayor presencia de artistas mujeres que de hombres- un espacio conquistado y así proponer El museo como deba ser, sin remedio.

WEBwww.artium.org
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